A veces es difícil entender que, habiendo definido un target para el marketing,no todas las personas que pertenecen a aquel target son clones que actúan y piensan de manera igual. Las herramientas automatizadas para buscar palabras claves o contenidos exitosos sirven para darnos una pista pero no van a hacer todo el trabajo.
Cada vez que publicamos un contenido, sea texto o imagen, estamos hablando con seres humanos. Dichas herramientas nos ofrecen una cantidad enorme de datos y análisis que nos ayudan a definir a la perfección el target pero no vamos a poder dejar de usar nuestra cabeza. Los seres humanos pueden siempre hacer algo que los datos no pueden preveer, porque cuanto más intentamos definir el target de manera “matemática” más se nos escapa la interpretación.
¿Tu marketing tiene color de moho?
A final de los años 90 en Italia una empresa quería lanzar un nuevo tipo de pan tostado. Tenían un objetivo claro, señoras enfocadas en lo fresco, saludable, las madres que sospechan de las comidas industriales, así que tras producir un pan tostado que parecía más natural, para elegir el packaging hicieron muchas encuestas preguntando “¿qué color elegirían para un alimento fresco?”
La mayoría de la gente contestó “verde”.
Así que pusieron a la venta el pan tostado en empaque verde. Y no se vendió. Resultó que a la gente el color verde relacionado al pan le daba la idea de algo podrido… de moho.
Esta historia nos recuerda que también las grandes empresas pueden fallar y que en el marketing los datos y las preguntas son lo más importantes a la hora de definir la audiencia, pero, lo que marca la diferencia es la interpretación. Solo la mente humana sabe crear múltiples interpretaciones con muy pocos datos, usando la fantasía, construyendo las respuestas sin haber formulado antes la pregunta. Algo que un software no puede hacer.
Al final de los 90 no había tanta tecnología, el marketing era cosa para pocos porque hacer herramientas de éste tipo salía muy caro, añadiendo que, en Internet había muy poca gente. Sin embargo, se daba todo el enfoque a la estadística . El “tanto por ciento” era muy importante y se cometían errores como el del empaque verde. Y se sobrevivía.
Hoy en día este riesgo es mucho más alto. Hay miles de personas (chaveles de 15 años) que manejan herramientas de marketing sin tener la preparación necesaria. Se fijan en los números y porcentajes, intentando aplicar todo de la manera más directa y automática.
Las máquinas y los software son peligrosos porque, como solía decir tu profesor en el colegio, si te acostumbras a sacar cuentas con la calculadora será siempre más difícil hacerlas de cabeza. Así que, hoy en día, nosotros tenemos un montón de “cuentas hechas” pero no sabemos que hacer con ellas.
Puede ser que tus contenidos encajen perfectamente con tu target, pero al final te pasan cosas raras.
Por ejemplo tienes una web de marketing y un artículo que habla de la redacción de contenidos, que hay que pensar cómo pueden interpretarse, sin darte cuenta que el lector pueda pensar que tu único objetivo es que te contraten.
Las herramientas de análisis te señalan que muchas personas en aquella página se quedan menos del tiempo necesario para leer todo su contenido. Que salen de tu web sin más. Lo que no te dicen que ese “porcentaje” son aquellas personas que piensan que tu artículo no aporta valor o que sólo intenta vender algo.
No te asustes, no te voy a vender nada con esta entrada, más bien te voy a regalar un consejo con otro ejemplo.
Si en mi web de marketing, con un blog de calidad, bien hecho, tengo una página de “ofertas”que recibe un chorro de visitas. Estoy mosqueado porque la gente no ve las demás páginas y la herramienta de análisis no me explica el por qué ni cómo actuar. Si el 99% de mi web es ignorado es que estoy haciendo algo mal, quizás el target que antes era perfecto, ahora no lo es tanto. Quizás el problema sea el packaging.
No te olvides de la importancia de los datos pero hazlo siempre leyendolos con corazón y cabeza.
Si no te harás las preguntas equivocadas y tendrás respuestas equivocadas.
Y tu marketing tendrá el color del moho.
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